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MADRID, 25 Ene. (EDIZIONES) Ryan Amburgy, de 30 años, natural de California (EE.UU.), tiene a su perro Barney desde hace siete años. Desde el principio, Ryan observó dos cosas: a Barney le encanta su pelota y se pone de pie sobre sus patas traseras cuando está excitado. La historia se tornó sorprendente cuando Barney encontró su juguete favorito en la cinta de correr. El perro siguió el ritmo de la cinta de correr, que se movía lentamente, se apoyó en la barra de la cinta y arañó la pelota. Ahora, el simpático perro corre todas las mañanas en la cinta para perseguir su codiciada pelota.